lunes, 7 de enero de 2008

LA BITÁCORA DEL DIABLO. (...o confesiones de un Antiguo.)-FROM THE EMPTIEST STAGE.-


-FROM THE EMPTIEST STAGE.-

Here is a page
from the emptiest stage
a cage of the heaviest cross ever made
a gauge of the deadliest trap ever laid
And I thank you
for bringing me here
for showing me home
for singing these tears
finally I've found
that I belong here

(Martin L. Gore. Home)


Ha sido un año duro... Necesario, hermoso, trascendente... pero duro, muy duro. Muerto al fin, sus días y horas comienzan a formar ya parte del anecdotario para el resto del mundo, conjurados sus demonios, vencidos sus escollos, olvidados sus amaneceres. Yo necesité volverme hacia mí, recapitular, en aquel pagano ritual de renovación que fue su última madrugada. Sin embargo, el destino, siempre demasiado retorcido en mi caso, me obsequia con un amago de resurrección. Una semana más de exilio, como una invasión del pasado recién enterrado, como un fantasma que no admite su muerte prematura.

Me vi forzado a dejarlo todo... La vida me situó en una tensa encrucijada. Destierro o muerte, y elegí destierro. Todo o nada. Necesité salir, huir para salvarme. Aún sigo vivo, no fue mala elección, después de todo.

Perdido y ausente de mi para encontrarme, he habitado durante meses la ciudad desierta. La habitación más fría fue llenándose de susurros, imágenes en la distancia empeñadas en la titánica empresa de reconstruir mis ruinas. Después de tanto tiempo en el olvido reconozco que sigo sin hallarme, aunque he dejado mis fisuras tras la puerta. El viaje de búsqueda me ha devuelto mis raíces, lo que soy y nunca debí dejar de ser. Mi mapa de contradicciones tiene ahora puntos de referencia. Todo el mundo dicen que tiene un ángel de la guarda pero pocos pueden llenar estancias de humo con él hasta la madrugada, como yo he hecho. Mi exilio me ha devuelto más de lo que nunca esperé encontrar, cimientos tan sólidos como acantilados en la roca y respuestas que suenan a preguntas sin responder pero que son la clave de mi existencia. Mis ángeles me han traído de vuelta al lugar que pertenezco. Nunca podré agradecerlo lo suficiente. Mi cosmos personal, errante y siempre caótico, aparece ahora claro –en realidad es oscuro como alma de cuervo, y sus ecos son lamentos, pero es el mío- Nunca debí perderlo.

Sin embargo, cerradas todas las heridas, olvidadas las nubes de tormenta, reencontrado con la oscuridad ancestral de mi alma... esta habitación se vuelve lápida y esta ciudad cadáver, cementerio. El tiempo parece dilatarse con ironía ahora que sé que me esperan al otro lado del espejo mis anheladas tristezas, los ojos del ángel que nunca duerme y el susurro de una vida que iba a dejar escapar a conciencia.

Hasta hoy no he sabido porqué maldita razón mezquina debía continuar mi tortura ahora que esta soledad sólo me ofrece silencio de nuevo y nada me aporta. Hoy sé el motivo... y parece toda una ironía. La verdadera muerte es el Olvido... matar olvidando y saber morir olvidado, eso he aprendido. Todo esto no tendría sentido sin un último sacrificio a este destierro regenerador. Como si fuese un último estertor de este año sangriento, como si fuesen sus últimas palabras, un último aliento que me obliga a prestarle un último segundo de atención antes de cerrar definitivamente la página. Las raíces del pájaro de fuego están en sus cenizas; de la misma manera, este oscuro espacio que ahora empiezo, este inconstante muestrario de mi espíritu, viejo y renacido, hunde su nacimiento en el epílogo cruel de esta soledad obligada y necesaria.
Estas letras, como yo, son hijas del exilio. Nunca debo olvidar eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Le Diable:

Como tú, sé muy bien lo que es la tristeza, la soledad y el exilio voluntario (y necesario).

Creeme que luego viene la regeneración y la paz consigo mismo, aunque dure sólo un minuto. En mi caso, siempre me estoy regenerando, las etapas estables duran poco, y eso agota. Pero cada vez los renacimientos son mejores y me hacen mejor persona.

Se aprende mucho de los periodos de recogimiento. Incluso son placenteros en algunos momentos. Y este blog ha sido una sabia elección para reconocerse a uno mismo en el espejo.

Muchos Besos

Verdegris