viernes, 12 de septiembre de 2008

ALBUM DE ESPEJOS: ALGO MÁS QUE UN LIBRO DE YOGA… ALGUIEN MÁS QUE UN SIMPLE PROFESOR…






Me pide que presente su libro… pero no puedo hacer simplemente eso. No puedo usar esta ventana sin tiempo ni espacio para recomendar únicamente una lectura… no tratándose de él.

Os presentaré a alguien increíble, si estás lo suficientemente preparados para ello…

Se llama Antonio Morales… sencillamente Antonio… Sólo algunos conocen sus otros nombres… Gegnian, o Matsyendra… sus nombres yoghis, de maestro, que él solo confiese a muy reducidos círculos y por los que nunca se le nombra (Antonio rechaza todo aquello que suene a estereotipo en cuanto al Yoga) Pero sólo un grupo muy, muy reducido, de íntimos, de Antiguos… conocemos su Nombre Primero… sabemos quien es en realidad y qué rostro dibuja su espejo. Entenderéis que siendo uno de esos privilegiados no confiese este secreto, nuestro tesoro.

Conocí a Antonio por los azares de la vida (hoy sé que nada es azaroso, pero lo dejaré así, para evitar honduras). Entré a su clase de Yoga una tarde de Mayo, hace ya algún tiempo… sin embargo, aún no estaba preparado para enfrentarme a las imágenes de mi espejo y opté por la práctica del Taiji Quan, como muchos sabéis. Sin embargo, coincidíamos a diario, fuimos compañeros en las clases de Aikido y su contagiosa franqueza hace inevitable que le tomes cariño y respeto.

Antonio entraría en mi vida justo en el momento en el que más lo necesitaba… en esos oscuros pasajes de la travesía vital donde necesitas respuestas y orientación. Allí estuvo él (siempre lo estuvo, incluso antes de conocernos... sé que parece extraño).

Antonio es justo lo contrario de lo que uno espera encontrar cuando le dicen que es maestro de yoga. En su aspecto, salvo ese cabello madera que deja crecer a la altura de sus hombros y de cuando en cuando (por fatiga, como él suele decir, para que la gente no lo vea siempre de la misma manera) se deja crecer una barba clara que le aporta dignidad… por lo demás, nada de túnicas azafrán, nada de abalorios místicos, nada de pose teatral de sabio de mercadillo ni voz empalagosa de místico barato… Antonio es puro y contundente en cada mirada. Su clama es contagiosa, como lo es su fuego. Sus abrazos irradian calor y sus ojos atraviesan cuerpos, espacios y tiempo. Escarban en la mente y desnudan.

Nunca da consejos, nunca responde con evidencia clara. Cuando te asaltan las dudas y buscas sus consejos, sabes que abrirás esa ventana, pero que tras ella hay una docena más esperando la valentía de decidir encararte a ellas… Por eso Antonio solo ofrece cuando estás preparado, sólo da a quien realmente quiere recibir (la palmada en la espalda y el mantra de saldo son los recursos del farsante)

Le he visto hacer cosas que no puedo explicar, saber cosas que SOLO yo puedo conocer… Lo que este señor representa, fontanero de profesión, esforzado padre de familia, lo que disimula, más que esconde es algo que pocos pueden sospechar.

Yo me crucé en su vida porque así debía ser y me estuvo esperando… No solo a mí, algunos de mis más admirados y queridos compañeros de trincheras nos enamoramos perdidamente del mágico universo que esta criatura sin sombra nos regaló (y regala con su mera presencia). Jamás nos deja llamarlo maestro, sólo amigo, sólo Antonio… Largas (demasiado cortas) son las charlas con él. A veces nos duele pensar que lo exprimimos… pero él conoce nuestros pasos antes de que nosotros imaginemos darlos y aparece un paso por delante. Por mucho que me esfuerce por esbozar un poco de lo que él significa, es una tarea inenarrable (que se vuelve delito cuando quien habla se considera narrador).

Me siento afortunado por tener a alguien como él en mi vida… alguien tan intenso… tan blanco y al tiempo tan misterioso… tan accesible y al tiempo tan quebrado… Es un lujo compartir cualquier cosa con él y una aventura mística conocerse a través de sus ojos… Yo, que habiendo nacido en la magia, perdí la fe… he vuelto a encontrar ese punto casi febril, onírico y maravilloso que tiene entender la vida a través de sus ojos (ni siquiera sus palabras)

Le debo tanto (y en el fondo tan poco) que cuando me dijo de anunciar su libro de Yoga a través de esta humilde ventana al mundo (casi rincón) me falta tiempo… ya todo estaba hecho (y yo no lo sé). Antes de escribir este texto ya estaba escrito y él lo sabe.

Aquí os dejo su obra… No esperéis parrafadas incomprensibles llenas de citas hindúes, ni reflexiones ambiguas que sirven para todo… No tiene trampa ni cartón, sólo es un manual básico para entender y practicar el Yoga, para todos y para todo. No hay pretensión de nada más…

Si queréis, si os ha pulsado últimamente, si habéis rondado por la cabeza practicar Yoga… ésta es la señal definitiva… Por desgracia para muchos, y he aquí mi gran lamento… esas hojas y esos consejos será lo más cerca que podáis estar de esta persona tan especial… No lo dejéis pasar.

Le conozco lo bastante para saber que él no quiere publicidad mercantil de este libro… él solo quiere estar aquí. Cosa que me llena de emoción…

Gracias por existir, Antonio. Los Antiguos brindamos por ti. El más viejo de todos nosotros. ¡Te reconocimos!

Enlaza aquí si deseas tener más información sobre el libro.

http://stores.lulu.com/practicando-yoga