jueves, 24 de enero de 2008

LA BITÁCORA DEL DIABLO. (...o confesiones de un Antiguo.). LA LLAMADA.


La Llamada.


Oh you sad one
Playing the angel
Isn't so easy where you're from...
(Martin L. Gore. The Darkest Star)

Dicen que me has llamado, amiga mía. El mensaje era claro, no había error. Estaba tu nombre escrito... apenas me quedan dudas de eso. Me pides que te llame... de alguna manera me reclamas desde el otro lado del espejo.
Te marchaste tan rápido y yo estaba tan lejos que apenas si tuve tiempo de despedirme. Apenas lo digo y se me antoja casi una ironía... una década preparando este viaje, retrasándolo todo lo posible, dilatándolo un año más, un mes más, un minuto más... solo espero que estuvieses cansada de esperar y que al fin desearas irte. Sólo eso me consuela, saberte con las maletas repletas de postales, llenas de los momentos que compartimos juntos, cargada de historias que compartir. Solo me consuela que fuese tu voluntad, pero te conocía demasiado como para dudarlo y eso me entristece.
Hoy más que nunca me arrepiento de los silencios, de todas las veces que quise visitarte en aquella habitación que casi habías convertido en tu hogar, haberte podido dar un poco más de aliento y las esperanzas que se consumían poco a poco. Me queda por saber si fui buen amigo... si en el momento de tu desesperada huída tendrías algo que reprocharme. Quise estar siempre a la altura, pero hay tantas cosas en la vida en lo que he fallado que imaginar que tú fuiste una de ellas me aterra. Regreso hoy a una ciudad desnuda de ti, huída de ti, abandonada... tu mirada triste preside mis recuerdos. He pasado alguna vez por aquella cafetería y he quedado mirando la mesa huérfana junto a la ventana que vio consumirse nuestra horas y que conoce tantos secretos y tantas deudas. Nadie más perpetuará aquellas promesas allí, nadie más se reirá del destino sobre sus maderos... nadie más volverá a habitarla como nosotros lo hicimos... sé que lo sabes. También ella te echa de menos.

Juro que quise ser buen amigo, que busqué darte siempre un poco del aliento que parecía sobrarte a pesar de todo. No quise ver el final y sé que tú tampoco. Maldigo el tiempo y la distancia que todo lo borra y enturbia. Ahora eres pasado, de algún modo y quedas relegada a la memoria siempre efímera... y no consigo encontrar la fórmula para rescatarte del olvido que amenazará con consumirnos lentamente. Pienso en ti y en tu ausencia dolorosa mirando aquellas letras que hace tiempo me escribías regalando mis oídos con esa ternura que solo tus labios cárdenos sabían destilar... y añoro tu mirada celeste llena de ganas y aquel cuerpo consumido que arrastraba tus duelos. Añoro la fuerza con la que me decías adelante. Tú dando ánimos y el mundo volviéndose loco.

Has querido llamarme, lo sé... espero que te motive despedirte una vez más... espero que puedas decirme que el viaje ha sido plácido y que al fin encontraste la paz donde siempre hubo guerra. Espero, que en la lista de cosas que quedasen pendientes, estuviera hacerme la última visita antes del adios definitivo e irreversible... aunque sabes que por mi parte nunca lo será del todo. Cogeré ese teléfono, no tengas duda; charlaremos largo y tendido, como siempre, sin miedos. Pasada la primera impresión, vas a perdonarme, saber de ti es un regalo y me siento privilegiado de alguna manera. No necesitas intermediarios, te escucho... nos queda pendiente ese café ¿lo recuerdas? Siempre nos quedará pendiente un café.
Escribo estas líneas para ti... como un pequeño homenaje a tu memoria, como un capricho que sólo tú y yo entenderemos... en este oscuro y solitario rincón de mi espíritu que se vuelve carne gracias a la siempre ingrata tecnología. Sé que leerás estas líneas desde donde habitas, tan mágico es este mundo que nos permite estos guiños a destiempo. Por mi parte, ya lo sabes... De hecho ahora lo sabes todo... ya conoces mis fantasmas y mis miedos, también mis demonios. ahora sabes que no soy ningún santo, de hecho nunca lo fui... conoces todo lo que escondo, mis pliegues, mis fisuras, las oscuridades que oculto al mundo que me rodea... participas de mis pasados y mis caras frente al espejo. Ahora ya no tiene sentido ocultar nada y menos aún confesar lo que ya conoces.
Creo que me has buscado porque en el fondo sabías que recibiría tu mensaje, que soy el único capaz de responder a tu llamada y que ese gesto me llena de alegría. Soy un hombre afortunado, sin duda. No puedo cambiar el pasado y no logro entender por qué las cosas sucedieron de la manera que lo hicieron, pero fuiste una luz en mi vida, un pequeño milagro inexplicable; tú, la desesperada, la desesperanza, el rostro vivo de la melancolía, alegraste mi existencia y me regalaste momentos inolvidables. Es una lástima no poder repetir aquella charlas ni retar a los custodios del futuro... el maldito futuro que se nos escapó de las manos. Recuerdo tu última mirada, apenas salía la voz de tu garganta, apenas había vida en tus ojos... no quiero que esa imagen sea la que guarde mi corazón lo poco o mucho que me quede de vida. Prefiero hallarte hermosa y radiante en mi recuerdo, desafiante y fuerte. Por que todo es posible... creo, espero, que estas no sean nuestras las últimas palabras. Me has demostrado que no hay barreras insalvables... Me has llamado, tengo certezas en mi alma. Tu amigo sigue aquí, con una sonrisa en los labios, esperando que de algún modo ahora seas tú quien responda a mi llamada. Poco importa que hayas muerto, Inmaculada, ya lo has visto. Para el Diablo que firma estas letras sigues viva... siempre seguirás viva, te doy mi palabra.

Espero tu respuesta.

No hay comentarios: